lunes, 22 de noviembre de 2010

El laboratorio

Eran las 4 de la mañana cuando, en una bonita casa de verano a las afueras de la ciudad de Londres, sonaba una fuerte sirena que rompía el silencio y la tranquilidad de la noche. La casa estaba en un gran bosque, rodeada de árboles y rocas; practicamente escondida.
El rastro de civilización más cercano se hallaba a 6 kilómetros de distancia, por lo que la casa estaba a salvo de curiosos y miradas indiscretas.

En una de las habitaciones de la casa aún retumbaba con fuerza la alarma, lo que obligaba a un hombre de unos 40 años a levantarse de la cama en la que dormía para pulsar un pequeño botón de color rojo en la pared. Inmediatamente, la alarma dejó de sonar.

-¿Qué ha pasado? -preguntó enfadado el hombre al interfono que había al lado del botón-.

-Eh...esto...doctor Campbell, ha habido un problema en la sección 8 del laboratorio -dijo una débil voz por el interfono-.

-Enseguida voy -dijo el doctor Campbell-.

Soltó el dedo del botón y se dirigió al baño. Mirándose en el espejo pensó que el tiempo no le había tratado mal: seguía manteniendo su pelo rubio sin indicios de que fuera a caerse y las pocas arrugas que tenía le aportaban seriedad. Sin embargo, sus ojos azules ya acusaban el cansancio de una vida entera dedicada al trabajo, al duro trabajo. A él no le importaba, le parecía un motivo para estar orgulloso.
Salió de su aturdimiento, se lavó la cara y se puso una bata médica. En la ficha ponía:
"Doctor James Campbell. Nivel 4".

El doctor salió de la habitación para dar a un pasillo muy largo decorado con muebles rústicos. Lo atravesó y bajó unas escaleras hasta llegar a una especie de sótano débilmente iluminado por una vieja lámpara de araña.
Al fondo del sótano había una mugrienta puerta que no tenía pomo, a su lado había un pequeño teclado numérico. El doctor Campbell tecleó un código y la puerta se abrió automáticamente, entró y llegó a una sala en la que había un gran cristal en una de las paredes. Al otro lado del cristal había otra sala en la que dos hombres con bata observaban al doctor.

-Abre la puerta -dijo el doctor Campbell con voz muy seria-.

-Antes hay que descontaminarle señor -dijo uno de los científicos-.

-¡El problema está dentro del laboratorio, no fuera! ¡Ábreme! -vociferó el doctor Campbell-

-Pero...doctor Campbell...el protocolo... -dijo el otro científico con voz temblorosa-.

-¡A la mierda el protocolo! ¡Abre la maldita puerta!

-Eh...esto...si señor. Ya abro

Una puerta metálica se abrió haciendo un ruido sordo y el doctor la cruzó. Atravesó una serie de pasillos hasta llegar a un ascensor, entró y metió su tarjeta en el panel que había dentro. Pulsó el botón con el número 8 escrito y automáticamente el ascensor se cerró y comenzó a bajar hasta llegar a su destino: la sección 8.

Dos científicos estaban esperando fuera cuando el ascensor se abrió, saludaron al doctor Campbell y comenzaron a caminar junto a él.

-Informe -dijo el doctor con voz calmada y cortante-

-Ha habido un problema con el Sujeto V -dijo el científico-.

-¿Qué tipo de problema? -preguntó el doctor Campbell-.

-Le suministramos la dosis habitual y...bueno, vealo usted mismo.

Entraron a una sala llena de monitores y un gran cristal a través del cual se veía un enorme bulto en el suelo.

-No veo cual es el problema, parece dormido -dijo el doctor-

-Ese es el problema: que no se mueve, no tiene pulso, no respira... Está muerto, y no sabemos porqué -dijo el científico-.

-¡¿Pero le suministrasteis la dosis correcta?! -preguntó enfadado el doctor Campbell-.

-Sí, pero después de eso comenzó a...

En ese momento, una enorme garra rompió el cristal y rebanó por completo la cabeza del científico.

El doctor Campbell, corriendo, salió de la sala y cerró la puerta tras de sí, dejando encerrado al otro científico. Mientras éste gritaba y golpeaba el cristal circular de la puerta, el doctor se limitó a observar la escena.
Una enorme criatura, de unos 2 metros de alto, cruzó el cristal y se volvió hacia el científico que, atemorizado, se tiró al suelo suplicando clemencia...inútilmente.
La criatura levantó su gigantesco brazo y acabó con él partiéndole en dos.

Entonces se fijó en el doctor Campbell, que estaba mirándole fijamente, y comenzó a golpear la puerta tras la cual observaba en silencio. La puerta no cedía y la criatura emitió un terrorífico alarido mientras seguía golpeando.

-Me parece que no te das cuenta -dijo el doctor con un tono cercano a la burla- de que aquí el que pone las reglas soy yo. Te tengo bajo mi control, te guste o no.

La criatura, furiosa, gritó aún más fuerte y la puerta comenzó a abollarse y romperse debido a los constantes golpes que recibía. El doctor se apartó rápidamente de la puerta justo antes de que ésta se desplomara por completo.

Aquella cosa enorme se quedó inmóvil, mirando fijamente al indefenso doctor Campbell y esbozó lo que parecía ser una sonrisa; una mueca siniestra.
En ese momento, se abalanzó sobre el doctor, pero éste consiguió esquivar la que hubiera sido una muerte segura.
El doctor Campbell echó a correr por los laberínticos pasillos del laboratorio mientras oía cerca, muy cerca, los gritos de la bestia que le perseguía.
Sabía que cada vez estaba más cerca, a punto de alcanzarle, pero no se atrevía a mirar hacia atrás.

Se refugió en una sala y cerró la puerta; pero sabía que no sería suficiente, tenía que hacer algo, y rápido.

De repente, notó un punzante dolor en la espalda, se palpó con la mano y confirmó su peor temor: la mano estaba manchada de sangre.

-Oh, mierda... esto no puede estar pasando -dijo mientras observaba la palma de su mano con una expresión de terror en el rostro difícil de describir.

La criatura debió alcanzarle cuando se abalanzó sobre él.

-No, no, no...

Entonces, comenzaron a resonar los golpes que daba la bestia en la puerta, así como sus alaridos.
En ese preciso instante, el doctor Campbell se fijó en la extraña máquina que había en la sala.

-No...es demasiado arriesgado...¡Joder! -dijo nervioso-.

Sus ojos pasaban constantemente de la puerta, practicamente destrozada ya, hacia la máquina que tenía a su lado.

-Mierda, mierda, mierda...

La puerta cayó y apareció aquella enorme figura, observándole. Emitió un grito que retumbó en toda la habitación y se dirigió corriendo hacia el doctor.
No tenía más remedio...El doctor Campbell, resignado, pulsó un pequeño botón de la máquina y cerró los ojos. La máquina emitió un brillante fulgor verde que iluminó toda la sala y el doctor Campbell...desapareció sin dejar mas rastro que una nube de humo en la habitación.

La criatura seguía allí, inmóvil, atónita ante lo que acababa de suceder.
Se dio la vuelta y se marchó por donde había venido, sin proferir ningún sonido más que el eco de sus pisadas.

martes, 16 de noviembre de 2010

El corazón del guerrero




















El guerrero estaba sentado en una roca del viejo y abandonado camino.
El aspecto entristecido de su faz era más que visible, aunque no se debía a su edad, pues era todavía joven.

El día parecía noche, todo cubierto por las nubes de la duda, como de costumbre.

Se preguntaba porqué todo era siempre tan difícil mientras sus ojos, sus cansados ojos, observaban con un ligero fulgor de esperanza al horizonte.
Aunque ese horizonte no tenía nada de esperanzador...

En lo más profundo de su ser, creía que ahora algo cambiaría, que el camino sería mas llevadero y que por fin llegaría a algún sitio. Pero tan pronto como vislumbraba un final feliz, la fría mano de la realidad le golpeaba fuertemente.

Y así se pasaba la vida, en una eterna lucha de la que nunca había salido victorioso, con todo su empeño puesto en que esta vez la vida le diese un respiro.

Pero el guerrero llevaba en paro mucho tiempo, pues había perdido la valentía.

En todos los sentidos...

lunes, 8 de noviembre de 2010

Crónica MTV Day - Madrid 2010

"Mírala, mírala, mírala, míralaa..." Pues sí, en la mismísima Puerta de Alcalá de Madrid City fue donde se celebró el MTV Weekend: una serie de conciertos gratuitos que hicieron que medio Madrid temblase y que calles cortadas se llenasen por completo.

El día 6 fue dedicado al producto patrio, con actuaciones de Efecto mariposa, Fangoria y David Bisbal. Pero el día 7...¡ay, el día 7! Ayer domingo fue el turno internacional con las actuaciones de 30 seconds to Mars, Katy Perry y Linkin Park. Pude estar allí, desde las 11 de la mañana esperando con unas amigas (a las que llamaremos La Vasca, Re y Shu =P) y os aseguro que fue increíble.

Y es que además de ser gratis, tuvimos la ocasión de ver el casi doble de conciertos; ya que, a las 12-1 PM fue la hora de los ensayos tanto de 30 seconds como de Linkin Park. Pues bien, nunca había visto unos ensayos como esos: ¡llegué a pensar que habían adelantado el concierto! Estuvieron asombrosos, y el hecho de que estuviésemos tan cerca y de que hubiese menos gente ayudó a que sintiésemos la experiencia de una manera inigualable. De verdad, 2 puntos extra para ambos grupos.

Ya sobre las 6 fue el turno de 30 seconds to Mars (la banda de Jared Leto) y la verdad es que me sorprendieron gratamente, dieron un concierto más que correcto y animaron mucho el ambiente (Quizá se pasaron un poco cuando nos pidieron que nos acercásemos más: aquello era como estar en una lata de sardinas hirviendo). Pero como digo, una banda que practicamente desconocía y que me resultó bastante buena. Lo peor: la duración del concierto, con unas 3 o 4 canciones solamente. Además, el grupo tuvo un invitado especial que cantó junto a ellos una canción: el rapero Kanye West.

Por cierto, mención aparte para el conductor del evento: Maldo (Conocido también por ser reportero durante una etapa del programa "Caiga quien caiga"). Digo esto porque antes de que llegasen los chicos de 30 secs, para disculpar la espera y para hacerla más amena, al presentador no se le ocurrió otra cosa que instarnos a que ensenásemos todos el culo (cosa imposible, dado el el estado de apretamiento en el que nos encontrábamos). Entonces, al grito del público de "¡Tu primero!" el presentador sin dudarlo 2 veces, se dio la vuelta y nos obsequió a todos con un calvo. Realmente, nadie se lo esperaba.

Más tarde, fue el turno de la provocativa Katy Perry, que contó sin duda alguna con el mejor espectáculo de los 3 grupos. Los bailarines, las coreografías, los juegos de luces... En especial cuando presentó su nuevo single "Fireworks", donde utilizaron bengalas e incluso fuegos artificiales. Un 10 para la presentación, desde luego. Otra actuación muy buena, aunque otra vez demasiado corta.
Y por último, la banda a la que la mayoría esperaba, la que creaba más expectación y la ganadora al Mejor Directo del Año: Linkin Park. Esta fue la actuación más larga (de algo más de 1 hora) y, lamentablemente, la que menos se pudo disfrutar en la zona en la que me encontraba. Todo debido al embotellamiento masivo, ya que la gente que llegaba a las 4 de la tarde pretendía situarse en las posiciones de los que habíamos llegado a las 11 Am...pues no, lo siento. Aún así, el grupo dio un gran concierto, empezando con canciones de su último álbum y finalizando con grandes éxitos como "What I've done" o "In the end".
En resumen, una genial tarde de conciertos con una genial compañía en la que más de 88000 personas disfrutamos a lo grande. Este tipo de eventos se agradecen de manera enorme, y espero de veras que se celebren más a menudo.

Por cierto, hay que mencionar a otro de los grandes protagonistas de la tarde: el cartel que escribimos mis amigas y yo, que se convirtió en todo un referente del evento; apareciendo numerosas veces en las pantallas gigantes y siendo reconocido por cada asistente que lo veía, que quería hacerse fotos junto a él. Sencillamente genial, un triunfo mayúsculo...y no me refiero solo al cartel. ¡Queremos otro MTV Day en Madrid ya!