martes, 16 de noviembre de 2010

El corazón del guerrero




















El guerrero estaba sentado en una roca del viejo y abandonado camino.
El aspecto entristecido de su faz era más que visible, aunque no se debía a su edad, pues era todavía joven.

El día parecía noche, todo cubierto por las nubes de la duda, como de costumbre.

Se preguntaba porqué todo era siempre tan difícil mientras sus ojos, sus cansados ojos, observaban con un ligero fulgor de esperanza al horizonte.
Aunque ese horizonte no tenía nada de esperanzador...

En lo más profundo de su ser, creía que ahora algo cambiaría, que el camino sería mas llevadero y que por fin llegaría a algún sitio. Pero tan pronto como vislumbraba un final feliz, la fría mano de la realidad le golpeaba fuertemente.

Y así se pasaba la vida, en una eterna lucha de la que nunca había salido victorioso, con todo su empeño puesto en que esta vez la vida le diese un respiro.

Pero el guerrero llevaba en paro mucho tiempo, pues había perdido la valentía.

En todos los sentidos...